sábado, 31 de enero de 2015

Do you remember? (¿Recuerdas?)

¿Recuerdas? Claro, recuerdo.

En realidad yo a Inglaterra ya fui. Hace mucho tiempo, tanto que yo era otra.
Ezeiza- Enero 2001
A fines del año 2.000 así como en 1995 en dos meses decidí que quería fiesta de 15 (lo cual casi enloquece a mi madre), en los albores del nuevo siglo, en un par de semanas decidí que sí aceptaba lo que me proponían desde el Británico: hacer un viaje de estudios a Londres.
“Hija del rigor” es uno de mis tantos nombres y así como solía estudiar muy poco antes de rendir (aunque meses antes hubiese preparado bibliografía y demás) así, igualita, me comporté con el viaje.
El polaco Thomas me ubicaba en el mapa de Polonia y yo, en el de Argentina... ponele
 No sé ahora pero en aquel entonces el instituto de inglés al que tantos años había ido (desde los 9) se había contactado con una empresa extranjera de estudios (EF) y ofrecía esos viajes.El requisito era ser mayor de 18 años (yo a principios del 2001 aún tenía 20) lo cual hacía que mi prima dos años menor, Luanita, ya hubiese hecho las maletas ese mismo año. Teníamos el lujo aquellas primas de un regalo que nos había dejado nuestro querido abuelo materno de raíces judías, sumamente austero para sí mismo pero extremedamente ahorrador y generoso. “Esa plata es para que las nenas viajen” decía mi abuela ya viuda y yo sabía que como todo lo que había querido en su vida, eso también lo iba a lograr.
Una noche les di para probar un mate a las taiwanesas que casi me lo escupen en la cara. Ellas me obsequiaron una "golosina". Una especie de tortita la verdad que muy rica que venía con este envoltorio.
Cuestión que a fines del 2000, ya con un año y casi medio de “Traductorado en inglés” en la UNLP y un primer año en “Comunicación Audiovisual” (Cine) en Bellas Artes, yo, que acá era aún menor de edad, preparé las valijas y me fui solita a aquel lejano país con el que tanto había soñado… sobre todo después de tantos años de estudiar su lengua y con los pocos pero grandes saberes que me había dejado aquel año en la facultad de humanidades. Viajaba para ser mayor de edad en muchos sentidos: allá sí lo era porque el mayorazgo empezaba a los 18 (como ahora acá) y porque sin saberlo en aquel entonces del todo, sería un viaje que cambiaría bastante mi vida.
Viajé por Swiss Air y por supuesto me guardé muchos recuerditos

Una noche, fui a bailar a un boliche de Londres. Equinox. Locura total para una platense que no salía de su asombro cuando el chico de la barra la miraba como si nada con sus lentes de contacto que simulaban ojos de gato. Ya saben, "si están de 'after'" como decía uno del primer Gran Hermano y jamás voy a olvidar porque lo entendí: "vayan a London"
Viajaba sola, pero allá me esperaba una familia de la que ya había recibido carta – todavía acá en aquel entonces los mails no eran tan frecuentes o comunes- y en realidad sólo sabía su apellido y algunas mentirillas que más tarde descubriría. Me acuerdo se habían presentado – vía carta, vía EF- como una familia compuesta por madre, padre y tres hijos (el más grande ya en la universidad, o sea, no en la casa), trabajadora y con unos hobbies que terminaron siendo no tan ciertos (o al menos comprobables) pero para mí sumamente alentadores: decían ser actores en sus tiempos libres lo cual para mí, entusiasta estudiante de los primeros años de cine, me resultaba más que interesante. Pues no sé, jamás lo pude comprobar porque lo que sí eran los Sanghera (el apellido de la familia, lo cual ya daba la pauta que muy ingleses puros no eran sino hindúes) era muuuuy trabajadores. Me acuerdo me recibieron en su modesta casa (por fuera hermoooosa) muy amablemente y después los habré visto un par de veces más nada más. Era una familia de clase trabajadora, trabajadora, tanto que sólo estaban de noche y para dormir. Sí estaban más seguido sus hijos menores: un nene que iría a la primaria y lo recuerdo más que nada cuando llegué, un día soleado de invierno pero muy frío y él andaba como loco correteando en el patio de la casa como si al sol hubiese que festejarlo, y una adolescente de 16 años. Una genia total, muy macanuda y se nota muy acostumbrada a tener extranjeros en su casa.
Mi primer y última estadía en un hostel. "Castle Rock" en Edinburgh (ó "Edinbraaaa" como nos enseñaban a decir)


En la casa de los Sanghera pero en otra habitación, ya había dos taiwanesas y más tarde esa misma semana se apareció mi compañera de cuarto que resultó no era colombiana como me habían dicho sino brasilera. Y sí, esa es la idea de geografía que tienen de América del Sur o Central… un poco como si a mí me preguntan de África: es todo lo mismo. Un horror pero una realidad.
"Mind the Gap" (cuidado con el espacio, el agujero) repetía la voz en off del subte cada vez que éste frenaba. Era para tener la precaución de no meter la pata entre la formación y el espacio hasta la "veredita" de la estación cuando bajabas del subte.

Sí, no se entiende nada... pero estos son los garabatos que me dejaba la dueña de casa cuando por ejemplo llamaba "Loiana" (o sea Luana) y yo no estaba en la casa
¡Qué loco convivir con tantas culturas! Más allá de varias cosas que sentí en el momento, es el día de hoy en que las recuerdo y me sigo maravillando o pienso qué distinto sería si hoy volviera a hablar con ellas como en aquel entonces. Uno crece y crece también la mente… pero bueno, en aquel entonces yo tenía 20 años y de los 20 años más adolescentes que adultos. Así y todo no puedo olvidarme la impresión que me causó ser recibida por la dueña de casa, una señora de unos 40 y pico de años quizás, de tez morocha, pelo bien negro y largo, vestimenta “extraña” y hasta ese cosito que se ponen los hindúes en la frente. ¡Me estaba recibiendo Manyulas la esposa de Apu de Los Simpsons! Ni me acuerdo el nombre, sólo que era muy cordial y formal y tenía ese acento inglés extraño que aunque no seas inglesa te das cuenta que es bien de extranjero… era una mujer de India hablando inglés. Te dabas cuentas. Me daba cuenta yo con mis 20 años.
esa necesidad de tener todo en Inglés pero por las dudas, también llevarla la versión en español. Por las dudas, vio.


También me acuerdo ese mismo día cuando me presentó a las taiwanesas del otro cuarto y yo, 100 % latina, me acerqué a saludarlas con un beso y bien a propósito para resultar más cálida, hasta casi las abracé dando palmaditas en la espalda. ¡Por Dios! ¡Por Alá! Entre esas risas típicas de los orientales (chinos, japoneses, esos orientales) no les daban las manos a esas pobres chicas para sacarme de encima de ellas. Y bueno, fue así que aprendí que a ellas, al menos hasta conocerlas un poco más, sólo debía saludarlas con un asentimiento de cabeza. ¿Cómo no había aprendido la lección de la Señora Sanghera que hacía unos minutos me había saludado de la misma forma en la puerta de su casa?
Ahora tengo uno mucho más moderno, pero éste pequeño libro fue de mucha ayuda

Algunos de los chicos que conocí y me dejaron sus direcciones postales o de email. Lo de la taiwanesa: sin palabras. Justamente, sin palabras.
Con el tiempo aprendí a tratarlas como querían y a notar las grandes diferencias culturas que teníamos, además de la barrera del lenguaje: una de las taiwanesas (que por supuesto tenían además de su nombre en chino – en Taiwán hablan chino, eso lo aprendí ahí- tenían uno inglés) en fin, una de ellas hablaba un poquito menos que yo el inglés y la otra directamente se ve que estaba en nivel 0 porque no entendía un pomo. Cuando llegó mi compañera de habitación, la brasilera, me desilusioné un poquito… al menos Colombia me despertaba más interés, me resultaba más “exótico” que una brasuca vecina! Isabella se llamaba y su plan no era el viaje de estudios sino pasarse de joda en joda lo cual le resultaba difícil porque, aunque en aquel entonces una libra de ellos para nosotros era un poco menos de dos pesos (ahora tengo que calcular una libra = $17!!!) la vida en Inglaterra siempre fue famosa por ser cara y nuestros presupuestos no eran los mejores… mucho menos para vivir enfiestada. A Isabella tuve la mala idea de decirle, en ese afán de hacernos las: ¡somos hermanas! ¡Brasil, Argentina.. Argentina, Brasil!, le dije entonces que me hablara en portugués que “era lo mismo”. ¡Para qué! No sé qué me hacía la portuguesa siendo que si existe un idioma latino que no entiendo nada es el portugués! ¡Y cómo hablaba Isabella! Me hablaba rápido y sin parar, y aprovechando esa mentira que le dije, se obviaba de practicar el inglés – del cual sabía muy poco- y me parlaba todo el tiempo en brasuca y yo no le entendía nada. Me acuerdo de decirle en inglés: “Por favor Isabella, decímelo en inglés que no te entiendo”. Ella se reía, no compulsivamente como las taiwanesas, pero bien como estereotipo de brasilero: un ser humano feliz y de joda full time. Igual no me hacía caso. En ese mismo viaje y conociendo otros brasileros, entendí que ellos nos entienden mucho más de lo que nosotros a ellos. No sé por qué, pero es así. Ellos se acercaban a las charlas que hacíamos los argentinos y hasta se reían con nuestros chistes, pero si yo – o cualquier otro de mi país- quería integrarse a una charla en portugués, no entendía nada. Eso aprendí…
Eso y mucho más, porque si hay algo que fue el viaje fue: multicultural.

el papelito con borde rojo pertenece al único cyber café literalmente (o sea, un gran cyber donde tomabas café). Pagabas una tarifa y te daban una clave que si no la consumías del todo en ese día (la tarifa era por un tiempo determinado) podías volver otro día y volver a entrar a la computadora con la misma clave.

Claro que estaba lleno de argentos de diversos rincones del país, pero también había chilenos, brasileros, polacos, alemanas, suizos, italianos, japoneses, chinos, finlandeses, etc.
Nos encontrábamos todos en las clases que teníamos en el colegio al que asistíamos todos. Cada uno con su grupo, de acuerdo a nuestro nivel de inglés, del cual habían dado cuenta los capos del lugar tomándonos una prueba el primer día de llegados.
como si nos hubiésemos estado conectando telepáticamente, mi querida amiga chilena Gina (apodada por mí "Cachai" y con quien sigo en contacto facebookeano) justo compartió esta foto de aquellos bellos momentos
así me despedía mi familia en 2001

¡Qué viaje maravilloso! Tan lindo conocer tanta gente tan diversa, de diferentes edades, países, culturas… una experiencia que no me arrepiento haberla hecho a esa edad y que recomiendo a otros y deseo, ojalá puedan hacerla.
Claro que también tuvo sus contratiempos: allí, en pleno subte de Londres en mi primer día allá, conocí lo que es tener un ataque de pánico. Mi primer ataque de pánico, miedo… que por supuesto tuve que resolver como me salió: sola, calmándome, tomando las riendas que sólo yo tenía y así salir adelante. Hoy ante eso mismo, hubiese tenido que tomarme un calmante! Resulta que mi explosiva primita dos años menor y que ya hacía una semana estaba en Inglaterra (en Cambridge más precisamente, donde yo voy a ir ahora) se me había aparecido en la casa de los Sanghera el mismísimo día que yo había aterrizado, con todo el jet lag encima y así con todo su exalte me había sacado a recorrer Londres junto a un amigo alemán que nos obligaba a comunicarnos a nosotras primas, en inglés. Fue memorable: conocimos el museo de cera, caminamos por miles de calles ida y vuelta… pero claro, todo con el empuje del alemán viajado que conocía al dedillo Londres. El temita fue cuando nos despedimos y me dejaron sola en una parada de subte y así, sin mapa, sin idea de barrios ni noción del espacio en general, me tuve que volver a mi casa londinense. Todavía me recuerdo mirando los mapas de la estación de subtes y tratando de recordar cuál era la parada donde me tenía que bajar. Recuerdo el miedo, ese que bloquea… el desconocer. El sentirme sola. Pero así como los niños son más intrépidos, yo más joven, yo a los 20 años (suena grande pero yo era flor de boludaza que vivía con papá y mamá, no trabajaba y no entendía nada de nada de la vida en general) así de repente, después del lapsus que casi me lleva a las lágrimas, me sobrepuse y me agarré de la súper mano que te dan los ingleses con su tan organizado y señalizado sistema de metro/subte y no sé cómo, llegué a la casa de los Sanghera lista para la cena hindú a las 6 de la tarde. Cosa que después no repetí más de una vez porque su comida era muy, muy picante para mi paladar, y porque yo no podía darme el lujo de terminar mi día en Londres 17.30 con todo lo que tenía por conocer.
"Bad Bobs" es el pub al que íbamos todos los chicos de los diversos cursos de EF cada noche. Creo que fui todas las noches de mi estadía o al menos casi todas. Por una libra (one pound) tenías un pinta de cerveza riquísima. Una verdadera pinta, cosa que desconocía hasta ese entonces: un súper vaso y bien lleno.
Fue cuestión de tener mi primer día de clases para llenarme de nuevos amigos con las mismas ganas mías de conocer la ciudad más que de estudiar inglés. Tanto es así que más de una vez decidimos obviar algunas clases del colegio para poder llegar a tiempo a algún museo o tienda de ropas. Al fin y al cabo, practicaba mucho más mi inglés en esos grupos multilingües que por más que tuviese hispanoparlantes nos obligaba a hablar en inglés para entendernos con los otros de otros países. De paso, me servía también para entender un poco mejor a las chilenas, al español o a esos otros países hermanos que hablarán el mismo idioma pero no siempre son fáciles de comprender.

¡Qué maravilloso Londres! ¡Qué ciudad tan grande, tan llena de cosas por ver, por conocer!
Caminé por Notting Hill aún sin haber visto la película que por aquel entonces no era tan vieja; visité la Torre de Londres, el puente; el Museo Británico, la Galería Nacional de arte; el Museo de Victoria y Alberto, la Abadía de Westminster… me metí en Harrods, me deslumbré con tiendas que en unos años acá fueron furor (del estilo “todo por dos pesos” bijou) pero que por aquel entonces me resultaban rarísimas con sus estantes llenos de pulseras, anillitos, collares y carteras bien berretas o de plástico pero perfectamente ordenadas por colores.

Un fin de semana incluso fuimos con un grupo a Edimburgo, Escocia. Un día solo nomás, pero suficiente para respirar esa ciudad tan medieval, con sus empedrados y calles con subidas y bajadas… me acuerdo de mirar hacia arriba, sobre una colina, desde la misma vieja ciudad, el gran Castillo, e imaginarme sin necesidad de mucha abstracción la corte de algún rey o a esas mujeres con polleras amplias y largas bien típicas de la Edad Media. El viaje a Edimburgo que fue corto y del cual no sé qué fue más bello: conocer la ciudad en sí o recorrer en tren durante varias horas observando ese paisaje tan diferente al nuestro, con pastos “verde inglés” (como ya me había dicho mi tía) tan prolijito… con esas ovejas blancas o negras bien grandes y esas casitas tan de la campiña inglesa, tan de cuadro.
Sin lugar a dudas mi viaje fue genial. La gente que conocí, los lugares que visité… pero ahora soy otra. Releo mis anotaciones (porque antes no tenía blog pero siempre tuve diario íntimo o agenda para escribir todo y más) y vuelvo a viajar pero ahora con otras inquietudes. Hay cosas que necesito volver a ver con esta mirada y esta mente 14 años más grande. Otras quizás sólo queden en mi memoria con esas imágenes que tomé o rescaté a los 20.

Hermanita me convenció que no gastara plata en un hotel en Londres, que puedo ir desde Cambridge, así como hacía mi prima Luana, con un viaje de no más de una hora.
Claro que no es lo mismo, claro que no creo ir tantos días… esta vez no serán los horarios de clase o las horas más cortas de aquel invierno del 2001 las que acorten mis días en Londres, pero sé que a esa gran ciudad, esa gran Metrópolis voy a volver.
Si se tiene la suerte, como la tengo yo ahora con Londres, a las grandes y magníficas capitales europeas, siempre hay que volver. Porque jamás se acaban, porque jamás se terminan de conocer… y porque así como no es lo mismo leer un libro o ver una película de niño y luego leerlo o verla de grande, no será lo mismo (o el mismo) “mi” Londres del 2001 con éste del 2015.


… ahora al menos me puedo sacar selfies ;)


  

1 comentario:

  1. Do you remember? (¿Recuerdas?)
    Phill Collins
    del álbum "... But seriously"
    1989

    https://www.youtube.com/watch?v=w2loAlaonqQ

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